ARMANDO DEL ARCO

Del 19 de noviembre a 12 de diciembre de 2007

Armando del Arco nace en Sobradillo (Salamanca). Estudia en diversas Escuelas de Arte de Madrid y París, Reside muchos años en Francia, donde ha desarrollado parte de su carrera artística. Así, expone individualmente en las galerías Cimaise (1969, 1970), L’Abbaye Aux Dames (1970) y Maison des Jeunes et de la Culture (1973), París; Palacio de Congresos (1984) y Palacio de los Reyes de Mallorca (1986), Perpignan; Espacio Clairefont, Touloges (1990); Sala Javalquinto,Biarritz (1993). Participa también en numerosas ediciones del Salón de Otoño, Grand Palais (1968, 1975-1978, 1988, 1990, 2002-2007), Salón de los Surindependientes (1969, 1991) y Salón de la Sociedad Nacional de B.A. (2002), de París, así como en otras colectivas en Francia e Italia.

En España destacan sus exposiciones individuales en la galería Novart, Madrid (1972, 1973); Sala Luis de Ajuría, Vitoria (1972); Sala el Cercle, Girona (2000); Círculo de Bellas Artes, Valencia (2002); Archivo Histórico, Toledo (2004) y galería Orfila, Madrid (2007). Tiene numerosos galardones en su haber, como el Primer Premio de la Exposición Provincial de Ávila (1961); Mención Especial en Exposición Anual, Deauville (Francia) (1990); Primer Premio de la Asociación Catalana de Artistas Plásticos, Barcelona (1994); Primer Premio, Fundación Gaceta de Salamanca (1998); Premio Focus, Sevilla (1998); Primer Premio Bienal José David Redondo,Valladolid (2000), entre otros.

José Marín Medina escribe sobre su obra: La trayectoria de Armando del Arco tiene un capítulo importante: su larga estancia en Francia lo que le hizo ser considerado miembro de ese grupo de artistas españoles, tan difícil de precisar, que llamamos Escuela de París. La importancia de esa pertenencia (formativa, práctica y profesional) a la cultura pictórica francesa es notoria,en la excelencia, en la peculiaridad de su oficio y en ese sentido ornamental que denota su obra. Sin embargo, por tendencia y por lenguaje, Del Arco no es un pintor de la Escuela de París; ésta se distingue por mantener siempre un carácter figurativo, por las influencias que recibe de la estructuración cubista y de la libertad de colorido de los fauves. Del Arco es un caso aparte, una singularidad, un maestro hondamente individual, dueño de una paleta rica y vibrante y, sobre todo, de unas maneras suntuosas en el tratamiento del tejido plástico, es decir, en el hecho de determinar el cuerpo de la pintura.