ROSSANA ZAERA

“Memoria de la vida” Del 31 de enero a 19 de febrero de 2011

Dorita Gale. 2010 [30,5×10,5×11,5]. Caja de hierro, papel, escayola, pintura y purpurina.

Hospital infantil. 2009. [31,5×21,5×10.5 cm]. Caja de hierro, escayola , alambre, cuerda y pintura

Tengo que irme. 2010. [30,5x18x13,3 cm.] Caja de hierro y pintura.

El brote. 2006. [100×70 cm.] Mixta sobre papel de algodón.

Cráneo con ramas. 2010. Mixta sobre papel de algodón.

La caverna. 2009. [100×70 cm.] Mixta sobre papel de algodón.

Rossana Zaera. Castellón, 1959. Su trabajo y su obra se han definido en los últimos años como una reflexión sobre el dolor, la soledad, la memoria, el sufrimiento, o el amor y la muerte, expresados a través de la pintura, la escultura, la fotografía o la escritura.

Licenciada en Filosofía. En 1989 crea su propio estudio, donde se alternan los proyectos de diseño grafico (LAUS’93), con la creación artística. Entre las exposiciones de arte mas significativas, cabe destacar su participación en Pain: Passion, compassion, sensibility, comisariada por Javier Moscoso. Museo de la Ciencia de Londres, 2004 y en ARCO 2007 y ARCO 2008, con la Galeria Cànem de Castellón; entre las exposiciones individuales, Habitaciones sin número, comisariada por Ángel Cagigas. Universidad de Jaén, 2005; Anatomia de las sombras, comisariada por Francisco Jarauta. Universidad de Valencia, 2005-2006; Habitación 450, Galeria Cànem, 2008-2009; Il nero non è solo buio, comisariada por Ian Rosenfeld, Galleria Napolinobilissima. Nápoles, 2009; o su último proyecto Resiliencias/Cajas de memoria, Universidad Jaume I de Castellón, 2010. Parte de este último trabajo es el que presenta ahora en la galeria Orfila, bajo el título de Memoria de la vida.

Entre sus libros: Tiburones de Agua Dulce, fruto de una colaboración con su hijo Miguel, obtuvo el Premio Tombatossals de literatura infantil ilustrada 2001, Tàndem Edicions y el Ayuntamiento de Castellón; Crisálidas, Ellago Ediciones, 2002; o Las horas sin luz, Ediciones Tengo que irme, 2006.

Bajo el título Memoria de la vida, Rossana Zaera nos presenta sus últimos trabajos, Resiliencias/Cajas de memoria, dos series complementarias de las que Ángel Cagigas, escribe en su presentación:
“Resiliencias nos habla de la capacidad de los seres vivos para perseverar en la vida, con el convencimiento de que somos seres dotados de una fuerza interna mucho más poderosa de lo que creemos, una fuerza que nos permite sobreponernos a los cambios, a las crisis, y en buena parte de las ocasiones salir de estas pruebas fortalecidos. En esta serie Rossana Zaera parte de imágenes del mundo vegetal, metáfora de renacimiento, …periplo de la vida pues en realidad ésta no se reduce más que al mecanismo repetido una y mil veces del morir y del nacer.

Lo biográfico que se puede contemplar en buena parte de su producción y es el eje nodal de su serie titulada Cajas de memoria. Son unas cajas pequeñas, unas cajas de zapatos de hierro y cristal que encierran toda una vida, que nos devuelven a la infancia de Rossana Zaera, a la zapatería familiar, cajas en las que se guardan sus experiencias, cajas que encierran el recuerdo de sus padres, cajas que guardan…los zapatos de su niñez, cajas que son habitaciones de hospital, con sus hileras de camas, con sus recuerdos de niños enfermos, cajas llenas de chatarra entre la que surge un corazón dorado, escoria de la que emana lo prodigioso, cajas en las que vemos escaleras al cielo, escaleras a otra realidad, quizás esperanzadora…, o al menos diferente, como si un niño imaginase el futuro.

Las cajas de memoria son decorados, … escenarios mentales que nos hablan de la vida íntima de la artista y son prueba de su compromiso con el arte. Son instalaciones, o mejor dicho, microinstalaciones, que pueden definirse como objetos poéticos que nos enfrentan a la importancia de lo biográfico y a la narración misma como creadora de vida, con el objetivo de hacer arte de la propia vida, que en realidad es la materia prima del arte.

Pero quizás lo más definitorio de estas dos seriescomplementarias, Cajas de memoria, anclada en el relato biográfico entendido como nuestro tiempo vital, y Resiliencias, centrada en el relato vital entendido desde una perspectiva geológica, sea la importancia que se confiere al proceso, un proceso pulcro y sutil que prima el valor de la creación sobre el del producto creativo, lo cual dota de vitalidad a estos proyectos pues así se genera la posibilidad de interacción con el espectador que puede entrar en el juego iniciando su propio proceso creativo con la misma metodología y la misma finalidad del trabajo de Rossana Zaera, convirtiéndose así aquél en creador de su propio relato, logrando en el mejor de los casos integrar sus experiencias a través de su actividad artística, uniendo vida y arte, insuflando vida al arte y arte a la vida.”