SANTIAGO AGUADO

“Dimensiones” 26 de marzo al 21 de abril de 2012

Santiago Aguado, Madrid, 1949. Realiza estudios de Bellas Artes y Diseño Industrial.

Expone desde 1970, Hostal de Los Reyes Católicos, Santiago de Compostela (Coruña) (dos pintores), a la que siguen numerosas colectivas, como las celebradas en el Ateneo de Vallecas (1974), galerías Ovidio (1975) y Antonio Machado (1975, 1976), Madrid; Museum of Hispanic and Latin American Art (Miami) (1993); Escuela de Arquitectura, Las Palmas de Gran Canaria (1995, 1996); Feria de Arte de Sevilla (1996); Feria Internacional ARTéNIM, Nimes (Francia) (2004); Homenaje a Dalí, Museo de la Moneda, Madrid (2008); Galería Der Garten, Bari (Italia) (2010); Galería Orfila (2011).

Entre las individuales cabe destacar las realizadas en la Escuela Superior de Arquitectos de Madrid (1976); Sala Villaseñor, Torrelodones (Madrid) (1989); Montserrat Gallery, Nueva York (1992, 1993); Colegios de Arquitectos de Badajoz (1994) y de Las Palmas de Gran Canaria (1996); galerías Catalonia, Barcelona, y Ra del Rey, Madrid (1996); Sala Barquillo, Madrid (2000); Casa de Cultura de San Lorenzo de El Escorial (Madrid) (2001, 2006, 2011); Galería Toranto, Barcelona (2005, 2006), entre otras.

Santiago Aguado, el poder de las texturas y la incidencia de la luz.

Santiago Aguado exhibe con todo su esplendor el poder de las texturas y la incidencia de la luz. Texturas que se orientan como evidencias, que se expresan cual gestos en el aire. En ocasiones son formalmente controladas, perfectas y delimitadas, en otras, producto del azar, como la propia idiosincrasia de la existencia.

Sus obras son paisajes abstractos de fondo geométrico, con incidencia de la luz, con intervención del recorrido cromático sutil y evanescente. Predominio de azules, viole-tas, ocres, amarillos y verdes.

Es un buscador de belleza, a partir de conceptos esotéricos y metafísicos, encontrando explicaciones enigmáticas. Pintor de momentos, que capta instantes, dejando fluir la vibración y la onda magnética, ahondando en la formulación de la sutilidad de lo efervescente.

Su obra es mental y aunque parte del cerebro, siente con el corazón, profundiza a través de los estados de ánimo, convirtiéndose, poco a poco, en sutil. Después, evoluciona hacia aspectos más espirituales, a medida que va perdiendo consistencia su ego.

El poder evocador de las texturas en un contexto de paisaje emblemático espiritual, es evidente en lo simbólico. El contraste textural se entiende desde el punto de vista de la necesidad de consolidar una vigencia vital en un contexto espacial, especial y espiritual. Es la referencia a partir de la cual se entiende la evolución sutil.

Joan Lluís Montané
De la Asociación Internacional de Críticos de Arte (AICA).