CARLOS RIVERA LAURIA

“Construcciones” Del 15 de noviembre al 5 de diciembre de 2013

Construcción VII. Técnica mixta, 30 x 30 cm.

Construcción VI. Técnica mixta, 40 x 33 cm.

Construcción V. Técnica mixta, 33 x 40 cm.

Construcción VIII. Técnica mixta, 21 x 30 cm.

Carlos Rivera Lauria (Santa Fé, Argentina, 1951). Desde 1966 vive entre Madrid, Segovia, Alsasua y Bilbao. Expone individual y colectivamente desde 1981, en diversos espacios de arte, galerías y centros culturales de América, Europa y Marruecos. Cabe destacar, entre sus últimas exposiciones individuales, las celebradas en Galería Multiespacio, Madrid (2006); Caja Duero, Ávila (2007); Centro Cultural Matadero, Madrid (intervención artística con el grupo “En busca del Pasto”) (2007); Sala La Paloma, Ayto. de Madrid (2008); Theatre Royal de Marrakech (Marruecos) y Claustro del Torreón, Diputación de Ávila (2010); Hotel El Minzah, Tanger (Marruecos) y Fundaçao Dr. Luis de Araújo, Oporto (Portugal) (2011); Galería Orfila, Madrid (2013).

El crítico Andrés Isaac Santana, en el texto que forma parte del catálogo de la exposición, “Deambulando en (sobre) la superficie”, escribe, entre otras cosas, lo siguiente:

… De acuerdo con esta pérdida de fronteras entre los géneros y discursos artísticos que han hecho patente el discurso de filiación posmoderna y que la obra de Carlos Rivera logra explicar de un modo elocuente, el conjunto de sus piezas se inclina hacia esa zona furtiva, casi de “travestismo frontal”, en la que los géneros artísticos burlan sus límites claustrofóbicos y se desmarcan de las categorías. Lo suyo no es ni pintura ni escultura. Es, más bien, una rara hibridación entre lo escultórico y lo pictórico, incluso lo propiamente arquitectónico, entran en pugna y se trascienden. No desde un enfrentamiento angular (que de hecho abunda la angularidad -y la fufa – como recurso en su obra), sino a partir de un diálogo mesurado que favorece la ilación de múltiples planos de cierta seducción retiniana. En sus obras existe relato acompañado de accidentales descripciones que reservan un lugar para el ornamento futil carente de un dobre significado en el contexto reflexivo de la obra. El color, la piel de la madera que no ha sido acariciada por la policromía, y el aspecto final de la composición, aportan una visualidad que logra hacer notar (es verdad) lo que desde siempre ha sido accidente virtual de la pintura. De este modo se genera un espacio ilusionista en el que es trascendida la experiencia virtual por la constatación fáctica del espacio. Los planos de color, las insinuaciones copulativas de luces y sombras al acecho del ángulo, son engrosados volumétricamente hasta el punto de la duda, de la sospecha, de la brutal agonía sobre las fronteras agónicas de un medio presuntamente en crisis, al que se le viene sepultando hace ya varias décadas.

El inicio fue el fragmento, una selección estudiada al tiempo que azarosa, con la que Carlos inaugura el relato de insubordinación y fabulaciones espaciales que llegan incluso a reproducir el propio hábitat del artista, o a la inversa, el espacio habitacional donde se cuecen los conceptos estéticos que sustentarán la poética, termina por convertirse en réplica de lujo de lo que revelan sus obras. Estas apreciaciones no hacen sino comprensible su espaldarazo rotundo a la espectacularización tecnológica de irrefutable hegemonía en las actuales prácticas artísticas, así como su rechazo a la formulación de plataformas conceptuales de ánimo trascendentalista. …
“Construyéndote”, videocreación de Joseba Salegui sobre la Exposición “Construcciones”, de Carlos Rivera Lauria, en la Galería Orfila.