MANUEL GRACIA
“Logos” Del 20 de febrero al 11 de marzo de 2017
Logos 169. Lacas y óleo/MDF, 170×110
Logos 143. Lacas y óleo / MDF, 40 x 40 cm.
Logos 158. Lacas y óleo / MDF, 93.5 cm (diámetro)
Manuel Gracia (Madrid, 1964) es Máster en Arte Contemporáneo por el Instituto Superior de Arte.
Ha realizado exposiciones individuales en Matadero, Madrid (2016, 2013); Galería Movart, Madrid. (2016, 2015); Sala de Exposiciones Auditorio Joaquín Rodrigo, Las Rozas (2016); Sala Volturno, Pozuelo de Alarcón, (2014); Centro Villanueva de la Cañada, (2014); Sala Previa, Madrid. (2013); Sala Bella Estancia, Madrid. (2012, 2011), entre otras.
Destaca su participación en colectivas en Conde Duque Madrid, Casa de Vacas, Matadero Madrid, Museo de Valdepeñas, Museo de Historia Interactivo de Lugo, Galería Movart, Kons Gallery, Galería Arteinversión y en las ferias internacionales de arte: AAF Milán, Art Show Busan Corea del Sur, Miami River, AAF Brussels, Art Market Budapest, Contemporary Art Rhur Essen, ST´ART Strasbourg.
Galardonado con el Primer Premio 83 Salón de Otoño, Primer Premio III Salón de Verano Diputación de Cuenca, Primer Premio IX Salón de Primavera Museo de Valdepeñas, Premio Casino Gran Madrid, Mención de Honor y Medalla X Salón de Primavera Museo de Valdepeñas…
Su obra se encuentra en instituciones y en colecciones particulares nacionales e internacionales.
ESTRUCTURAR EL CAOS
Logos, la serie que ahora presenta Manuel Gracia, opera en cierto modo un ejercicio de paralelismo plástico con ese mismo deseo de encontrar orden y medida allí donde habita lo, aparentemente, informe y caótico.
La peculiar técnica empleada en la elaboración de estas pinturas, facilita el carácter primigenio y mudable que nos puede sugerir el paso de un estado de desorden y emergencia a otro en el que afloran indicios de estructuración y control. Al contemplar estas obras las pupilas de nuestros ojos, pero también las de nuestra imaginación, emprenden un viaje fractal hasta el espacio inabarcable de los macromundos o hasta el reino invisible de lo microscópico.
Harald Szeeman, uno de los pioneros y profetas del oficio de comisariar, solía decir que el trabajo del comisario consistía fundamentalmente en “estructurar el caos”. Bien podríamos decir aquí y ahora que, en estas nuevas obras, nuestro artista también recoge ese mismo testigo-deseo de encontrar un orden en el caos y de aportar una temperatura de rigor y estructura, lo que le lleva a dar una nueva vuelta de tuerca, mediante el concurso de diversos elementos lineales, rectos y curvilíneos, pintados al óleo, que le sirven para “sujetar” las masas pictóricas, como si se tratara de una retícula intangible, pero sí visible, y evitar la confusión de lo caótico.
Esta estrategia lineal le posibilita además crear interesantes efectos de profundidad entre los distintos planos que generan la composición. El oficio y la destreza en la aplicación de las técnicas y de los materiales (es sorprendente el resultado que consigue con el difícil trazado de las líneas al óleo, mediante tiralíneas), es de nuevo también otro de sus rasgos identitarios como pintor.
El propio artista lo expresa así con sus propias palabras: “Lo líquido, traslúcido e informe, es llamado al orden por la línea para convertirse así en objeto de contemplación y reflexión. Estas imágenes de visualidad resbaladiza, son representación de la voluntad humana de establecer un orden comprensible sobre una realidad aparentemente desordenada y que no alcanzamos a comprender, sobre ese orden sobrehumano que no podemos controlar”.
Una pintura pues que, pese a su indudable unidad formal y conceptual, le hace enfrentarse a cada nuevo cuadro de una manera que le lleva a convertir su superficie en el paisaje de una nueva batalla pacífica, en un nuevo problema al que encontrar soluciones.
Francisco Carpio es Doctor en Historia del Arte, Profesor de la Universidad Francisco de Vitoria y Crítico de arte del ABC Cultural.