MARÍA APARICI. WE WOMEN.
Del 19 octubre al 14 noviembre de 2020
MARÍA APARICI We Women
Del 19 de octubre al 14 de noviembre de 2020
María Aparici estudia en la Escuela de Artes Aplicadas de Burgos. Se traslada a Estados Unidos, donde completa su formación graduándose en interiorismo en la New School for Social Research de Nueva York (1988-1992). Ya en Madrid, sigue estudios de pintura con Amadeo Roca, y se licencia en Bellas Artes, especialidad de pintura, por la Universidad Complutense (1998).
Realiza exposiciones individuales en Davos (Suiza) (1998) y en Cincinnati, Ohio (Estados Unidos) (2001), país donde ha participado también en numerosas colectivas, especialmente en Nueva York: Montserrat Gallery (2000), Ward-Nasse Gallery (2000, 2001, 2002) y Chelsea Gallery (2003), además de la feria de arte neoyorkina Artexpo (2001).
En España caben destacar sus muestras personales en las galerías Victoria Hidalgo (2000) y Orfila (2004, 2006, 2014, 2020), Madrid; Galería Agurcho Iruretagoyena, Pamplona (2004); Galería Akka, Valencia (2005).
Participa en las ferias InterArte, Valencia (2000); Arte Santander (2001); Arte Sevilla y Arte Madrid (2004); FIABCN, Barcelona (2016, 2021). En los últimos años desarrolla una amplia actividad, concurriendo a colectivas como Women’s Essence, Fundación Pons, Madrid (2018) y especialmente a nivel internacional, en otras celebradas en Londres, Berlín, Pescia y Milán (Italia), Nueva Delhi (India), Basel (Suiza), Lisboa, Roma…
Ha sido distinguida, entre otros galardones, con el Premio Scienza, del Museo d’Arte e Scienza de Milán (2016) y, recientemente, en 2019 y 2020, con los Premios Michelangelo, Botticelli y Frida Kahlo, otorgados por los curadores Francesco y Salvatore Russo, en Italia, donde ha sido invitada a participar, en 2021, en la próxima Bienal de Florencia. Nominada como “Artista del año” por el Palm Art Award.
Su obra se encuentra representada en colecciones corporativas como la Colección Daimler de Stuttgart (Alemania), Investcorp de Bahrein y Cushman & Wakefield en Madrid.
La energía y madurez que demuestran las nuevas pinturas de María Aparici en esta exposición, evidencian su calidad, basada en su exigencia creativa y máxima sinceridad vital. Obras que se esfuerzan por crear un intenso universo de formas conseguido a través de la meticulosa aplicación de la auto impuesta disciplina de un pintor clásico. Asistimos, de improviso, a una “reconstrucción” de la memoria, donde nada podrá ser olvidado o casual, pero de hecho, nos pondrá de relieve la hipotética intención de la artista por expresarse, transformando cada signo, cada gesto pictórico, en un nuevo concepto visual.
Sus nuevas obras son una forma de “conservar el tiempo”, permaneciendo la artista siempre presente, como creadora y observadora simultáneamente. Si le preguntáramos cómo describirlas y su relación con el feminismo actual, nos respondería con un fusilamiento verbal: “…estratos, palabras, membranas, algodón, lienzos, marcos, cuerpos, húmedos, inauguración, repetición, listas, glamour, vivencias, redes, intimidad, sexo, puertas, pechos, vaginas, flujo, fuerte, edificios, brochazos…” Juntando muchos elementos tan dispares como repetición, simulacro, diferencia, la tierra sintiendo los colores, el sol y la luna.
Esa forma de “conservar el tiempo”, pudiera ser una alternativa de lo que somos, de dónde estamos, pero en realidad, sus pinturas están basadas en la empatía y en nuestra participación en la naturaleza de lo visible, únicamente posible, porque el espectador forma parte de ella. Un doble vínculo usando la imagen como oscilación metafórica entre la teoría y la praxis, entre la propia introspección de la artista y la mirada del espectador en su sentido más abstracto.
Gerardo Gil. Crítico de arte. Septiembre, 2020.
The energy and maturity that are shown in the new paintings by María Aparici for this exhibition, evidenced the quality of her works based on a creative requirement and utmost honesty. Works strive to create an intense world of forms achieved through the meticulous application and the self-imposed discipline of a classical painter. We will attend, unexpectedly, a “reconstruction” of memory, where nothing could be forgotten or casual but, in fact, suggesting a hypothetical intention of the artist to express herself by transforming each sign and pictorial gesture into a new visual concept.
They are a “form of keeping-time”, of remaining always present, of acting as both observer and recorder simultaneously. If we asked her now to describe her works and her relationship to current feminism, she would answer us with a verbal fusillade: “…layers, words, membranes, cotton, canvas, frames, rope, repetition, bodies, wet, opening, closing repetition, lists, glamour, life stories, grids, destroying grids, houses, intimacy, sex, doorways, breasts, vaginas, flow, strong, building, brushstrokes…” Putting together many dispersion elements as repetition, simulacre, difference, earth feel colors, the sun and the moon.
This “form of keeping-time”, maybe it’s an alternative of who we are to where we are, but her paintings are more based on empathy and our participation in the nature of the visible only possible because the viewer is “part of it”, a double-bind using the image as a metaphorical oscillation between the theory and praxis, between the self-reflexive and the viewer in its most abstract sense.
Gerardo Gil. Fine Art Critic. September, 2020.