MARTINA BERNASKO Y ANDREAS WALD

Del 24 febrero al 15 marzo de 2025

Martina Bernasko. S.T. Acrílico sobre tela, 38 x 46 cm

Martina Bernasko. S.T. Acrílico sobre tela, 73 x 92 cm

Martina Bernasko. S.T. Acrílico sobre tela, 116 x 81 cm

Martina Bernasko. S.T. Monotipo, 40 x 30 cm

Andreas Wald. ‘Dos hermanos’. Acrílico sobre lienzo, 38 x 46 cm

Andreas Wald. ‘Casa Klenze’. Acrílico sobre lienzo, 30 x 40 cm

Andreas Wald. Puente II. Acrilico sobre lienzo, 20×30 cm

Andreas Wald. ‘Puente Siena’. Acrílico sobre lienzo, 20 x 30 cm

MARTINA BERNASKO Y ANDREAS WALD
Del 24 de febrero al 15 de marzo de 2025

Martina Bernasko (Saarbrücken, Alemania. 1954) estudió Bellas Artes en Mainz (1973-1980). Muy pronto empezó a exponer en la Galería Elitzer, así como en varias colectivas en el Museo “Moderne Galerie”, en Saarbrücken. En 1989, expuso por primera vez en la conocida Galería F.A.C. Prestel, en Frankfurt. Tras frecuentes exposiciones en Alemania, se trasladó a Madrid en 1993, donde residió hasta el año 2007. Desde 1996, Bernasko trabajó con la Galería Walter Bischoff, que la presentó en numerosas ferias de arte: Colonia, Moscú, Lisboa, Frankfurt… y en seis ocasiones en ARCO (en 1997 como “onewomenshow”). Mientras, ha seguido presentando su obra en Alemania, a menudo en Frankfurt (Galería F.A.C. Prestel), Berlín y Stuttgart (Galería Bischoff), entre otras salas. Recientemente participó en “discoveryartfair”, Frankfurt (2023, 2024), y, a partir del año 2023, realiza varias exposiciones junto con Andreas Wald. Bernasko ganó en 1992 el Premio de Arte del Volks- und Raiffeisenbanken. También es miembro de la prestigiosa asociación “Frankfurter Künstlergesellschaft”.

El elemento figurativo ocupa un lugar importante en la obra de Bernasko. Cuerpos humanos, partes de animales, restos de edificios o paisajes pueblan la superficie de la imagen. Casi siempre las personas se comunican entre ellas de una u otra manera, a veces están flotando, cayendo, muchas veces andando con prisa. Sus formas están bastante reducidas, incluso abstraídas, a menudo faltan detalles en la estructura de los cuerpos, o se vislumbra solamente parte de sus sombras. Siguiendo, en general, la abstracción, los colores también están reducidos a una gama de ocres, marrones o azules. Bernasko se sirve de acrílicos, que le permiten experimentar con el tiempo de secado. Así nacen capas transparentes, huellas de capas anteriores. Estas técnicas propias de la pintura Bernasko también las aplica en su obra gráfica. Las planchas que utiliza son de un material sintético que se puede cortar o rayar y pintar con pinceles antes de imprimir. Sus grabados adquieren, entonces, calidades pictóricas.

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Andreas Wald (Hanau, Alemania. 1962) estudió Bellas Artes y Técnicas Gráficas (1982-1988) en Frankfurt y Stuttgart. Muy pronto expuso en varias galerías (Galería Gering – Frankfurt, Galería Schmalfuß – Marburg, Galería Lauth – Ludwigshafen…) y con asociaciones de arte en numerosas ciudades alemanas. Con el “Eiserner Steg”, un grupo de tres artistas del arte realista, Andreas Wald realizó más de cuarenta exposiciones, tanto en Alemania como en otros países europeos. Así, recibió dos premios importantes de la región Main Kinzig Kreis: Cläre-Roeder-Muench Preis (1996) y Kulturpreis des MKK Gelnhausen (2009). Además, es miembro de varias asociaciones importantes, como “Frankfurter Künstlergesellschaft” o “Künstlersonderbund Berlín”. Recientemente su obra ha estado presente en la “discoveryartfair” en Frankfurt (2023, 2024), entre otras exposiciones.

En la pintura de Andreas Wald, el ser humano como figura no existe. Sus motivos son edificios urbanos y naves industriales, paisajes o espacios indefinidos, pero en los que están ausentes las personas. A pesar de todo se puede imaginar en ellos cómo era la vida de sus habitantes. Ninguno de estos elementos, tanto arquitectura como paisaje, existen en la realidad, todos están extraídos de la fantasía, procediendo, en un primer paso, mediante un bosquejo a lápiz. Seguidamente, despliega su pintura a partir de un estilo naturalista, a veces con acuarela, a veces con acrílico, siempre superponiendo varias capas finas o transparentes. El abanico de colores del que se sirve Wald tiende a una reducción cromática: ocre, marrón, óxido o grises, en las ramas de árboles a veces un verde claro. Este espectro de colores produce y favorece una atmósfera especial y transmite un silencio misterioso.