MARTA ALBELDO

Del 12 al 31 de enero de 2026

Serie Kyoto 1. Mixta, óleo y pastel sobre lienzo, 61 x 50 cm

Serie Osaka 2. Mixta, óleo y pastel sobre lienzo, 140 x 90 cm

Serie Berlín 2. Mixta, óleo y pastel sobre lienzo, 58 x 49 cm

Serie Taito 1. Mixta, óleo y pastel sobre lienzo, 61 x 50 cm

Baila, baila, baila. Mixta, óleo y pastel sobre lienzo, 107 x 200 cm

Resto. Óleo y pastel sobre lienzo, 93 x 74 cm

Cuando el alma cede. Mixta, óleo y pastel sobre lienzo, 200 x 150 cm

Lo que queda cuando todo parece quieto. Óleo y pastel sobre lienzo, 93 x 74

MARTA ALBELDO 
Del 12 al 31 de enero de 2026

Marta Albeldo (Albacete,1980) reside en Valencia, donde dedica su tiempo a su profesión (Odontología), su familia, y su pasión más profunda que es la pintura. De formación artística autodidacta, siempre ha destacado por su sensibilidad a la belleza de las cosas más simples. Cualquier escena cotidiana o experiencia en sus viajes los plasma en obras llenas de detalles y guiños al minimalismo.

Exposiciones

2024 Galería Toni Mori, Calpe (Alicante). Exposición colectiva.

2024 Galería Istorik, Valencia. Exposición individual.

2025 Mónaco Art Fair, Mónaco.

2025 Art Fair Muc, Múnich (Alemania).

2025 Osaka International Art Show, Osaka (Japón).

2025 Galería Origen, Madrid. Exposición colectiva.

2026 Galería Orfila, Madrid. Exposición individual.

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LA LEVEDAD DE LO VISIBLE.

Cada trazo, cada vacío, tiene un sentido. Concibo cada trazo, cada vacío, como lugares de intensidad. No entiendo el vacío como un silencio mudo, una ausencia, sino como un territorio fértil donde la mirada del espectador puede entrar, detenerse, e incluso completar la obra, encontrando algo de sí mismo. Mi trabajo nace de mis experiencias, de los viajes que me han transformado y de la presencia constante de mi familia; todo ello se filtra en la obra, no como relato explícito, sino como una vibración íntima que acompaña a quien observa.

Me interesa esa zona donde la contención no anula la emoción, sino que la afina; donde la forma se simplifica para dejar espacio a lo que no puede decirse del todo. El vacío, en este sentido, no actúa como renuncia, sino como un ámbito de revelación: un lugar que invita a la claridad interior, al modo de las filosofías orientales o de una poesía que respira entre líneas.

Pinto desde esa tensión amable entre depurar y sugerir: un equilibrio donde la obra no pretende deslumbrar, sino abrir una puerta. Mi intención es que cada pieza sea una superficie de escucha; un espacio en el que el espectador pueda reconocerse, recordar algo que no sabía que había olvidado o simplemente habitar un instante distinto.

Marta Albeldo