LLANOS GALLARDO ‘Al Andalus’

Del 26 enero al 14 febrero de 2015

Hacia la luz que quema me acercaba.  Óleo sobre lienzo, 140 x 105 cm

El amor con el llanto se enmohece.  Óleo sobre lienzo, 116 x 97 cm

No hay vida posible en la ausencia.  Óleo sobre lienzo, 100 x 81 cm

Aquí el viento se llevó todos mis pensamientos.  Óleo sobre lienzo, 81 x 100 cm

LLANOS GALLARDO ‘Al Andalus’
Del 26 de enero al 14 de febrero de 2015

Esta exposición de Llanos Gallardo, que titula Al Andalus porque es ese su eje argumental bien que alterada esa realidad por la ensoñación y los sentimientos como en la anterior lo fue el Jazz y sus intérpretes a través de las emociones que los conturban, viene a conmemorar su primera muestra individual en la Galería Grifé&Escoda de Madrid, cuando aún era una chiquilla albacetense que estudiaba pintura con Eduardo Peña, tal señalaba un periódico de ese año 1965. Su intensa trayectoria posterior ha sido seguida y analizada, como siguieron y analizaron las de tantos que con lucidez y talento dieron continuidad a la década prodigiosa en la que abstractos líricos o gestuales, analíticos constructivistas y figurativos de raigambre expresionista (El Paso, Equipo 57, Estampa Popular, Nueva Figuración… ) fundamentaron nuestra contemporaneidad pese a las restricciones formativas e informativas entonces en vigencia, por muchos de los que, con rigurosa pero cálida y hasta en ocasiones cómplice proximidad a los artistas, ejercieron la crítica de arte en periódicos y revistas especializadas o no especializadas.

Por el hecho de que en nuestros días esa labor crítica e informativa haya quedado tan notablemente restringida, en gran medida como consecuencia de la filosofía financiera imperante y del absentismo ideológico que la acompaña, nos ha parecido oportuno recuperar, fragmentados porque así lo exige la funcionalidad y concisión, algunos de los juicios críticos que las obras de Llanos Gallardo merecieron.

Un buen diálogo entre la técnica de pintar y la emoción de pintar. A veces la mano obedece con una parcial inclinación a una u otra tendencia y la pintura se hace ejercicio o se hace sentimiento… Se diría que toma sólo aquellos recursos técnicos imprescindibles para que su emoción se pueda tener en pie… la exigencia de buscar soluciones a los temas de la pintura y la ternura de saberlos tratar con emoción ha establecido un diálogo admirable que encierra la promesa de una magnífica pintora.
Manuel Augusto García Viñolas. Catálogo Grifé&Escoda. Madrid 1965

Yo me imagino a Llanos Gallardo tirando de la brida de sus propios impulsos. Lo que en Seoane era la emoción expresada en unas manchas previamente domesticadas, en esta joven pintora es pura expresión romántica del color; lo que en Seoane era la estructura de la línea, en Llanos Gallardo es un refuerzo por sujetar esas formas que vuelan, que tiran hacia los lados, llevándolas hacia un foco central de donde parte la fuerza y donde empieza la composición. A ese horno donde está el fuego y se cuecen las formas.
Manuel Vicent. Informaciones. Madrid 1970

Esos seres, pueblos, visiones alucinantes, son un pacto entre el cubismo y su gran enemigo: la luz. Rojos, azules, violetas, en planos desflecados, en construcciones de sintéticas arquitecturas. En el arte de Llanos Gallardo el arranque está en el color, en la construcción del cuadro… Es una pintura que está a punto de disolverse en la pero bajo la que se advierte la rigurosa base geométrica de planos bien determinados… Esta exposición representa respecto a las anteriores un paso más hacia una simplificación de las formas, hacia la exaltación del color. Llanos Gallardo ha encontrado su pintura.
José Hierro. Informaciones. Madrid 1981

El color oculta y disfraza la geometría tensa y rigurosa que sostiene la estructura interior de cada cuadro… Los perfiles se funden y confunden, la espátula desgarra en llamaradas la fuerza del color y desborda la línea del dibujo… Una belleza fresca, dulcemente agresiva, se apodera del lienzo y convierte el lenguaje pictórico en canción… En la figura recrea su mundo interior, en el paisaje lo inventa o lo contempla desde fuera.
Mario Antolín. Ya. Madrid 1981

Las figuraciones de Llanos Gallardo son, esencialmente, imágenes estilizadas de la realidad visual, personajes en un instante difícilmente repetible, ciudades y edificios que para la pintora han sido y son así, ya para siempre, evocaciones de un espacio sonoro donde una música lejana retorna, simbólicas presencias que, además de su intencionalidad sentimental, “poética”, por sus connotaciones narrativas. Tienen en el cuadro una estricta función compositiva y plástica.
Manuel Conde. Catálogo Kreisler. Madrid 1988

Si contagiada por los humores apremiantes del Goya inquisidor de maldades, del Picasso alertador de conciencias o del Francis Bacon turbio y desacralizador, su expresividad, esencializada en dinámicas estructuras resueltas mediante la espontaneidad del trazo y la inestabilidad rítmica, va a desembocar en una muy coherente indagación, con materiales esencialmente plásticos, en la desosegante sustancia del ser humano en pugna con su propia vulnerabilidad y con su indefensión, con sus insatisfacciones y rebeldías, con las perturbaciones que acongojan y con los anhelos que lo construyen, a través de una teoría de personajes compartida o solitaria individualidad, esperpénticamente celebrantes en ocasiones, hiriente o tiernamente desasistidos.
Antonio Leyva. Catálogo Orfila. Madrid 2005

Las obras que presenta Llanos Gallardo en esta exposición tienen la música de Jazz “con su vertebrada presencia africana, negra unas veces, King Oliver y Satchna, más suave y refinado en los criollos, Jelly Rod y Kid Ory, la liberal y afrancesada Nueva Orleans, era tierra donde vida y música se confundieron, era tierra de nadie y de todos” como básica sustentación bien que las perturbaciones del alma y los sentimientos que esa música potencia se alíen con un reflexivo e intelectualizado aliento lírico que singulariza su condición expresionista.
Julio Diamante. Catálogo Orfila. Madrid 2012

El catálogo recoge también fragmentos de críticas de Luis Figuerola Ferreti, Ramón Faraldo, Francisco Prados de la Plaza, José Pérez Guerra, María Teresa Casanelles, Antonio Cobos, Antonio Nieto, Juan Antonio Tinte, F. José Sánchez Ostiz y Sol García Conde.

Llanos Gallardo, nacida en Albacete, se formó en Madrid con Eduardo Peña y en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, donde estudia técnicas del mural con López Villaseñor, en el Círculo de Bellas Artes y en el Taller de Grabado de Manuel Ayllón.

Realiza su primera exposición individual en la galería Grifé & Escoda, Madrid, en 1965, destacando otras celebradas en las galerías Círculo 2 (1967), Karma (1970), Kreisler (1974, 1981, 1988) y Orfila (2006, 2009, 2012), de Madrid.

Distinguida con el Molino de Bronce (1967) y de Plata (1969, 1973) en la Bienal de Valdepeñas; Mención de Honor en los Concursos Nacionales (1971) y las Becas de la Fundación Rodríguez Acosta, Granada (1970) y del Ministerio de Cultura (1981). Su obra está representada en la Diputación de Albacete, en la Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid y en colecciones privadas de Estados Unidos, Japón y España.